sábado, abril 17, 2010

Yo por la ciencia, mato...

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... y si hay que catar, cato
Mis queridos lectores, vuelvo a despertar, quién sabe si por una reestructuración mental transitoria, corta como un suspiro, o bien para recuperar esta vía de excreción de toxinas cerebrales que es mi Blog. Hoy les voy a hablar de un tema bastante de moda gracias a series como CSI o Bones: la ciencia forense.
Cuando hablamos de ciencia forense, lo primero que nos viene a la mente es un cadáver abierto y un médico ligeramente sádico haciendo chistes sobre la relación entre el tamaño de su vesícula y el de otras partes de su anatomía*. Pero es bastante más que estudiar asesinatos o que un doble cutre de Grissom conduciendo un Subaru Forester. Entre otras cosas, la policía científica se encarga también de investigar casos de fraude alimentario, y para ello utiliza distintos recursos. Uno de ellos son los isótopos estables, de los que ya hablé en una ocasión. Sin duda, es un trabajo bastante más agradecido que el que vemos en CSI. En lugar de muertes violentas, lo que estos desdichados científicos tienen que hacer es valorar la autenticidad de una muestra alimentaria a partir de su contenido isotópico, que variará según el origen geográfico o la alimentación. Ha de ser terrible, dedicarse a temas de autentificación... tomar una botella de Petit Grealó de Costers de Segre, un Mencia de Ribeira Sacra, un queso de Cabrales, un jamón de bellota de Extremadura, aceite de oliva virgen de Les Garrigues... extraer minúsculas muestras (1ml, 1mg...) para analizar y disponer de un montón de material sobrante con el que no se sabe qué narices hacer. Debe acabar uno hasta las narices de tener que llevarse quesos y vinos de primera a casa... Yo como mucho me he comido un par de mazorcas de maiz, bien ricas, pero vaya, no es lo mismo... Y los canutillos de encina digamos que no dan mucho de sí...
*Bueno, tal vez lo de la vesícula sea fruto de mi mente enferma, pero aceptamos lo del fiambre y el médico ¿vale?. 
Pero bueno, como quien no se consuela es porque no quiere,  diré que por lo menos me libro de implicarme en batallas legales como la encarnizada Gran Guerra del Cerdo Isotópico que se ha desatado recientemente en Guijuelo. Hace un par de años, la Universidad de Salamanca firmó un convenio con el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Guijuelo (abreviado C.R.D.O. Guijuelo). Según este convenio, se emplearía la composición isotópica de carbono del jamón como una variable para identificar el Jamón Ibérico de bellota. Sin embargo, esto no agrada a algunos productores, que no se fían del método (evidentemente no es 100% infalible), y proponen que se retire. Textualmente, dicen que lo que deberían hacer es "ir al monte y ver lo que comen". Esto me parece muy bien, aunque tener un ejército de PDIs visitando las dehesas y haciendo encuestas a los cerditos tal vez resulte poco práctico y costoso. De todos modos, si hemos de hacer caso a algunos pirados que proponen que los isótopos pesados son el elixir de la eterna juventud, el asunto podría dar un giro insospechado. Como no creo en más milagros que en el que obrara San Antonio precioso a edad de ocho año, de sus padres estimado y del mundo admiración, tengo serias dudas al respecto, pero en cualquier caso habría que replantearse muchas cosas. Por ejemplo, y teniendo en cuenta que el maiz tiene más isótopos pesados que las bellotas, y que los isótopos pesados aumentan con el nivel trófico (carnívoro > omnívoro > herbívoro) y el estrés, lo mejor será que comamos cerdos alimentados con una mezcla de carne de vaca alimentada con pienso de cabras, pescado y maiz, y que cortemos todas las encinas de la dehesa para que los pobres cerditos no tengan una mísera sombra donde refugiarse en verano. Así, entre lo que suden y lo que coman, tendríamos un jamón rico rico (por lo menos, rico en carbono 13, de sabor lo dudo), y sano sano...
Como se aprecia en la figura, el carbono 13 és más pesado y reacciona más despacio que el carbono 12, por eso siempre lo discriminan. 

Por cierto, no olvidéis el sabio consejo de los isotoperos:
¡¡
RIE si puedes!!